Con el alma un poco encogida por el mal tiempo de los días anteriores, nos encontramos con un día de sol.
Ya habíamos pensado ¿dónde haremos el tradicional hamaiketako?
Pues en el mejor sitio, en el jardín a la entrada del Museo de Altamira y la neocueva. Bancos, sol que más se podía pedir.
La visita, como era previsible, muy interesante. Conocer de lo que eran capaces nuestros antepasados hace 30.000 años impresiona. Resulta increíble su capacidad artística.
Acabada la visita a la neocueva, camino de Santillana del Mar.
Paseo con buen tiempo, unos vinitos, alguna compra y a comer, con restaurante para nosotros solos. A decir del personal la comida gustó y estuvimos cómodos.
Sin mucho tiempo de sobremesa, camino de la capital de Cantabria y visita al Centro Botín, exposición de Carmen Iglesias. Aquí, división de opiniones.
No porque no se explicase bien la guía, que lo hizo estupendamente, si no que lo del arte no figurativo a una parte de los visitantes no le acababa de llenar.
Eso si los de pasado metalúrgico, el análisis de los distintos materiales con que estaba hecho ya les llamó la atención.
El edificio y su ubicación junto a la bahía tuvieron buena acogida
Después, un rato de paseo por la ciudad y luego camino del Botxo, donde entonces sí, apareció un poquito de lluvia que ni siquiera duró.
Un bonito día de diversión y fraternidad.
